LEPRA EN LAS AMERICAS Y EL MUNDO, AUMENTO DE CASOS
INCREASE IN CASES OF LEPROSY IN THE WORLD
DERMAGICEXPRESS 2.007-2.023
Pais/ Territorio |
Prevalencia registrada |
Detección de casos nuevos | Casos nuevos, MBc |
Casos nuevos, mujeres |
Casos nuevos, niños |
Casos nuevos, Dis. G 2 |
Recaídas |
Argentina | 775 | 484 | 348 | 198 | 5 | 8 | 11 |
Brasil | 27,313 | 38,410 | 19,515 | 17,796 | 3,259 | 1,890 | 1,433g |
Bolivia | - | 114 | 41 | 47 | 11 | 2 | 1 |
Chile | - | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 |
Colombia | 1,017 | 585 | 402 | 0 | 19 | 57 | 35 |
Costa Rica | 33 | 11 | 8 | 6 | 0 | 3 | 0 |
Cuba | 226 | 208 | 173 | 93 | 8 | 7 | 5 |
Ecuador | 178 | 116 | 73 | 41 | 0 | 0 | 3 |
El Salvador | 10 | 6 | 4 | 3 | 0 | 4 | 0 |
Estados Unidos | - | - | - | - | - | - | - |
Guatemala | 6 | 3 | 3 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Guyana | - | 28 | 19 | 13 | 5 | 4 | 0 |
Honduras | - | - | - | - | - | - | - |
Jamaica | 19 | 9 | 6 | 2 | 1 | 3 | 2 |
México | 776 | 289 | 218 | 108 | 8 | 32 | 43 |
Panamá | 9 | 3 | 2 | 0 | 0 | 0 | 1 |
Paraguay | 735 | 480 | 373 | 187 | 19 | 38 | 0 |
Perú | 26 | 26 | 19 | 12 | 2 | 1 | 55 |
Republica Dominicana | 301 | 155 | 99 | 78 | 25 | 5 | 2 |
Santa Lucia | - | 5 | 3 | 2 | 0 | 0 | - |
Surinam | 37 | 42 | 22 | 12 | 7 | 3 | 0 |
Trinidad y Tobago | 46 | 31 | 15 | 11 | 7 | 1 | 2 |
Uruguay | 8 | 6 | 6 | 1 | 0 | 2 | 2 |
Venezuela | 1,389 | 768 | 496 | 261 | 56 | 47 | 32 |
Total | 32,904 | 41,780 | 21,845 | 18,872 | 3,432 | 2,107 | 1,627 |
a Casos prevalentes para finales del 2005.
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CIFRAS PAISES DE LATINOAMERICA
Los casos de lepra, tapados por la Covid
7.) Informe de caso de lepra en Florida central, EE. UU. 2022
Pais/ Territorio |
Prevalencia registradaa | Deteccion de casos nuevosb | Casos nuevos, MBc |
Casos nuevos, mujeres |
Casos nuevos, niños |
Casos nuevos, Dis. G 2 |
Recaidase |
Argentina | 775 | 484 | 348 | 198 | 5 | 8 | 11 |
Brasil | 27,313 | 38,410 | 19,515 | 17,796 | 3,259 | 1,890 | 1,433g |
Bolivia | - | 114 | 41 | 47 | 11 | 2 | 1 |
Chile | - | 1 | 0 | 1 | 0 | 0 | 0 |
Colombia | 1,017 | 585 | 402 | 0 | 19 | 57 | 35 |
Costa Rica | 33 | 11 | 8 | 6 | 0 | 3 | 0 |
Cuba | 226 | 208 | 173 | 93 | 8 | 7 | 5 |
Ecuador | 178 | 116 | 73 | 41 | 0 | 0 | 3 |
El Salvador | 10 | 6 | 4 | 3 | 0 | 4 | 0 |
Estados Unidos | - | - | - | - | - | - | - |
Guatemala | 6 | 3 | 3 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Guyana | - | 28 | 19 | 13 | 5 | 4 | 0 |
Honduras | - | - | - | - | - | - | - |
Jamaica | 19 | 9 | 6 | 2 | 1 | 3 | 2 |
Mexico | 776 | 289 | 218 | 108 | 8 | 32 | 43 |
Panama | 9 | 3 | 2 | 0 | 0 | 0 | 1 |
Paraguay | 735 | 480 | 373 | 187 | 19 | 38 | 0 |
Peru | 26 | 26 | 19 | 12 | 2 | 1 | 55 |
Republica Dominicana | 301 | 155 | 99 | 78 | 25 | 5 | 2 |
Santa Lucia | - | 5 | 3 | 2 | 0 | 0 | - |
Surinam | 37 | 42 | 22 | 12 | 7 | 3 | 0 |
Trinidad y Tabago | 46 | 31 | 15 | 11 | 7 | 1 | 2 |
Uruguay | 8 | 6 | 6 | 1 | 0 | 2 | 2 |
Venezuela | 1,389 | 768 | 496 | 261 | 56 | 47 | 32 |
Total | 32,904 | 41,780 | 21,845 | 18,872 | 3,432 | 2,107 | 1,627 |
a Casos prevalentes para finales del 2005.
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5.) Caracterización socio-económica de los leprosos atendidos en la
unidad de dermatología anitaria de Maracaibo, Venezuela: un estudio de
casos A socioeconomic characterization of leprosy patients at the
dermatology clinic in Maracaibo, Venezuela: a case study
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Source: Http://www.scielo.br/
Cad. Saúde Pública vol.12 n.2 Rio de Janeiro Apr./June 1996
Esta investigación fue auspiciada por el Programa de Pequeñas Becas para
Investigaciones en Aspectos Sociales y Económicos de las Enfermedades
Tropicales del Laboratorio en Ciencias Sociales, Universidad Central de
Venezuela, con apoyo financiero del Programa Especial de Investigación y
Entrenamiento en Enfermedades Tropicales UNDP/Banco Mundial/OMS.
2
Universidad del Zulia. Av. 20, no 68-63, Edificio Piacoa, apto 9,
Maracaibo, Venezuela.
Abstract This paper presents the socioeconomic
characteristics of leprosy patients treated at the Dermatology Clinic in
Maracaibo, Venezuela (U.D.S). The characteristics were obtained from a
closed questionnaire given to 40 patients. Results indicate that this is
mainly an adult male population, with a reasonable level of schooling who
both work and belong to apparently well-established, stable family groups;
their family income levels correspond to a lower or medium-low social
class groups. In addition, the patients are mainly non-disabled, and
clinical diagnoses are mostly of the lepromatous and borderline types. Any
educational program targeting this group should take these socioeconomic
characteristics into account in defining the kind of patients who receive
treatment at U.D.S.
Key words Leprosy; Socioeconomic
Characterization; Family; Social Class; Gender
Resumen El
objetivo del trabajo es presentar las características socio-económicas de
los leprosos que reciben tratamiento en la Unidad de Dermatología
Sanitaria de Maracaibo (UDS), obtenidas a partir de un cuestionario de
preguntas cerradas administrado a una muestra de 40 pacientes
(aproximadamente 5% de la población). Los resultados indican que se trata
de una población mayoritariamente masculina, de edad madura, con relativo
grado de instrucción, ocupada y perteneciente a grupos familiares
aparentemente constituidos y estables; su ingreso familiar corresponde al
de clase baja o clase media baja; además estos pacientes son en su mayoría
no incapacitados y la forma clínica de su enfermedad está concentrada en
los casos Lepromatosa y Borderline Lepromatosa. Los programas educativos
que se planifiquen deben partir de esta caracterización socio-económica
que aclara quiénes son los enfermos atendidos en la UDS.
Palabras
clave Leprosos; Caracterización Socio-Económica; Familia; Clase Social;
Género
Introducción
Después de más de un siglo de
haber sido descubierto por Hansen, el bacilo de la lepra, esta enfermedad
sigue ocupando un lugar importante en la temática de la salud y enfermedad
de las regiones tropicales y sub-tropicales. Su prevalencia, sobre todo en
los países subdesarrollados, se ha convertido en acicate para que los
organismos internacionales se propongan la meta, a lograr para el año
2.000, de su eliminación como problema de salud pública. En Venezuela,
aunque se ha evidenciado una disminución exponencial de la enfermedad,
desde 1951 (Zuniga & Castellazi, 1982), todavía encontramos, según
cifras del año 92, 8.342 casos registrados y una tasa de prevalencia de
4.04/ 10.000 (U.N., The State of World Population, 1992). De éstos un
total de 774 individuos leprosos (aproximadamente 9,2%) reciben atención
médica en el Servicio de Dermatología Sanitaria del Estado Zulia,
constituyéndose esta región del país en la cuarta de mayor prevalencia de
lepra, después de Apure y los Estados Andinos. Sin embargo, la gravedad
del problema no radica en el número de casos, pocos si consideramos otras
enfermedades endémicas, sino en las consecuencias sociales que de ella se
derivan, en tanto enfermedades incapacitantes, asociadas a un estigma
social cuyas raíces se encuentran en lo más remoto de la historia de la
humanidad.
De allí que los organismos encargados de los
programas de salud promuevan investigaciones que apuntan a conocer las
características socio-económicas de la población enferma, así como sus
nociones, creencias y actitudes, elementos constitutivos de las
representaciones que de la lepra tienen los leprosos y sus comunidades.
Este
es el contexto en el cual, con el auspicio de la Organización Mundial de
la Salud (OMS), se planteó la realización de una investigación que
permitiera aprehender la representación social que el leproso, bajo
control de su dolencia en la Unidad Sanitaria de Maracaibo (Estado Zulia,
Venezuela), en el período comprendido entre diciembre de 1993 y febrero
1994, tiene de su enfermedad, así como determinar el papel que juegan la
incapacidad física y la inhabilitación social en la mencionada
representación.
Ello requirió de una metodología que, en un
doble movimiento, permitiera obtener una visión tanto cuantitativa como
cualitativa de las nociones, las creencias y otros aspectos subjetivos de
la enfermedad, así como de las características personales, familiares,
educacionales y ocupacionales de los individuos afectados.
En
este sentido, el objetivo de este trabajo es dar cuenta de tal
caracterización, toda vez que el análisis de los aspectos subjetivos es
objeto de otro artículo, de próxima publicación.
Poblacion y
método
Al efecto, de una población de 774 enfermos ambulatorios
atendidos en la UDS, se seleccionó una muestra aleatoria simple, ya que no
se disponía de información adicional previa, que permitiese conocer la
variabilidad interna de los grupos por grados de incapacidad. Se determinó
el tamaño de la muestra con un Intervalo de Confianza = 95% y un Error = 5
años - considerando la variable años en el tratamiento - y se distribuyó
el total (40 pacientes) de acuerdo con las proporciones del número de
enfermos, según su grado de incapacidad. Para la recolección de
información se utilizó la técnica de la encuesta, siendo el cuestionario
de preguntas cerradas el instrumento seleccionado para obtener los datos
de carácter cuantitativo. Así mismo debe aclararse que, dadas las
dificultades para contactar a los enfermos en sus hogares o sitios de
trabajo o estudio, se escogieron entre los que acudían a recibir su
tratamiento en la propia Unidad Dermatológica.
El cuestionario
constó de 104 preguntas estructuradas en función de distintos temas de
indagación: a) caracterización del entrevistado, b) nociones y creencias
sobre la lepra, c) aspectos subjetivos de la enfermedad y d)
estigmatización. En este trabajo sólo será analizada la información
referida a la caracterización socio-económica del enfermo, substrato en el
cual se afincan las dimensiones subjetivas de la enfermedad. Esta
caracterización aporta un conocimiento cuantitativo y descriptivo de una
muestra de la población enferma, además de proporcionar con precisión la
información mínima necesaria acerca del perfil socio-económico de los
leprosos que son asistidos en la Unidad Sanitaria de Maracaibo, de tal
manera que, como lo sugiere la Organización Panamericana de la Salud (OPS,
1988), todo programa de prevención y tratamiento de la enfermedad parta
del conocimiento de quiénes son los enfermos, y no de información
estimada.
Resultados y discusión
Los datos
recogidos fueron agrupados de acuerdo a si se trataba de información
personal, tales como: edad, sexo, estado civil, grado de instrucción y
ocupación; datos familiares, tales como: número de hijos, composición
familiar e ingreso familiar y datos de la enfermedad: forma clínica, grado
de incapacidad y antecedentes familiares con lepra.
Datos
personales
Con relación a la edad, se detectó que el 65%
de los enfermos de la muestra se encuentran en las edades comprendidas
entre los 30 y los 59 años y, de éstos, el mayor porcentaje se ubica entre
los 40 y los 49 años. Esta información podría producir varias
interpretaciones. En primer lugar, que el promedio de edad de los
pacientes indica que el grupo más afectado se encuentra en el período más
productivo de la vida, tanto desde el punto de vista físico cuanto
intelectual y emocional; en segundo lugar, que, dado el alto promedio de
años que estos pacientes han pasado en el servicio (6, 8 años), aunque
hayan sido infectados en edades más tempranas, su permanencia en el
tratamiento podría significar desarreglos importantes en términos de su
rendimiento cotidiano, lo cual, tratándose como ya se dijo de grupos de
edades más productivas, podría contribuir a acentuar los elementos
socio-culturales asociados a la lepra.
En tercer lugar, se
constata lo que en los últimos años se ha venido observando en Venezuela,
con relación a la reducción de la participación infantil (menores de 15
años) entre los casos de lepra registrados (Ministerio de Sanidad y
Asistencia Social, 1986). Esta información coincide con la que aportan
Rojas et al. (1993), en el sentido de que en las regiones de baja
prevalencia, la mayor proporción de enfermos se encuentra entre los
individuos de mayor edad.
Sin embargo, conviene acotar que tal
patrón de distribución etaria no coincide con lo observado en países tales
como, Burma, India, Noruega y Filipinas, donde "las tasas de incidencia
generalmente aumentan hasta un máximo entre los 10 y los 20 años de edad y
después declinan" (OMS, 1988:20-21); aunque el hecho de la ya mencionada
larga permanencia en el tratamiento pudiera, entre otras cosas, explicar
tal fenómeno, por lo menos en el caso de estos pacientes.
Al
comparar los grupos de edades de acuerdo con el grado de incapacidad, de
los casos cuyas edades están comprendidas entre los 10 y los 19 años, la
mayoría (80%) se encuentra en el grado 0. Ello podría deberse a una
detección más temprana de la enfermedad, aunque también pudiera vincularse
con la permanencia del contacto, sobre todo si éste se asocia a la
presencia de otros enfermos en el entorno familiar. Llama también la
atención que, en el grado 2 de incapacidad, la edad de los enfermos se
encuentra concentrada en los grupos que van de 40 a 60 y más años. El
cálculo de estadísticos, tales como el Coeficiente de Contingencia (0,45),
Gamma Condicional (0,38) y Kendall's Tau C (0,25), señala que la
asociación entre las variables edad y grado de incapacidad tiende a ser
baja.
El 60% de los enfermos de la muestra es de sexo
masculino, lo cual refuerza lo que al respecto se ha encontrado en
Latinoamérica, donde la prevalencia de la lepra es de cerca de 1,8/1,0 en
hombres y mujeres, respectivamente (Ulrich et al., 1993), al igual que en
la mayoría de las regiones del mundo, con excepción de algunas zonas de
África (OMS, 1988). Aunque en un estudio reportado en 1990, se detectó, en
una región del Brasil, que la tasa de prevalencia por sexo fue de 0,99
hombres por mujeres (Andrade et al., 1990), otras investigaciones reportan
para países como Cuba (Rojas et al., 1993) y Venezuela (Ministerio de
Sanidad y Asistencia Social, 1986), que en la distribución por sexo hay un
ligero predominio de los hombres, señalando, en el caso de Venezuela, una
proporción de casos del sexo masculino, expresada en una tasa de 2:1. Sin
embargo, en una investigación más reciente, Vivianne de Rojas et al.
(1994) señalan, para la ciudad de La Habana, 51% de enfermos del sexo
femenino. Esto podría sugerir que no hay relación estrecha entre sexo y
lepra, aunque no ha sido descartado que pueda existir entre género y la
mencionada enfermedad.
Tal apreciación pudiera reforzarse si
observamos que el número de pacientes del sexo masculino se distribuye
entre los distintos grados de incapacidad, mientras que para las pacientes
hay una concentración mayor en el grado 0. Así, el cálculo de algunos
estadísticos permite apuntar la posible existencia de cierto grado de
asociación entre las variables sexo y grado de incapacidad (Gamma
Condicional = 0,62; Tabla 1).
Un porcentaje significativo de
los encuestados (50%) es soltero, sin embargo, 50% han mantenido o
mantienen alguna relación que fue o es, aparentemente estable, toda vez
que el 32,5% son casados o unidos y el 17,5% son divorciados, separados o
viudos. Esta información llama la atención por el hecho de que, aun cuando
la mayoría de los enfermos se encuentra en edades en las cuales
normalmente se mantiene una relación de pareja, sin embargo sólo cerca de
la tercera parte presenta esta característica, lo cual podría estar
asociado a las implicaciones socio-culturales de la lepra. Además, si ello
es así, coincidiría con lo que otros autores han podido detectar, en el
sentido de que el diagnóstico de la enfermedad podría producir
desequilibrios emocionales que ocasionen problemas que puedan originar la
separación de la pareja (Rojas et al., 1993). Al respecto llama la
atención, sin embargo, que el porcentaje mayor de quienes han estado
unidos alguna vez y ya no lo están corresponde al grado 0 de incapacidad.
Sin embargo, tal como los cálculos estadísticos lo señalan, no existe
asociación entre el grado de incapacidad de estos enfermos y su estado
civil.
En cuanto al grado de instrucción, se encontró que sólo
un 15% es analfabeto, mientras que el 75% tiene algún grado de instrucción
(básica o media), lo cual, aunque podría ser indicativo de una población
relativamente instruída, no coincide, pero se aproxima a lo que es la
tendencia general de la población del país, la cual presenta un índice de
analfabetismo relativamente bajo (OCEI, 1991). Ahora bien, si se compara
tal información, de acuerdo con el grado de incapacidad, se encuentra que
el 33,3% de los pacientes grado 2 son analfabetos, lo cual pudiera
vincularse al hecho de ser éste grupo el que presenta mayores secuelas de
la enfermedad que pudieran haber obstaculizado su incorporación al sistema
educativo, además de tratarse del que presenta un promedio mayor de edad.
La aplicación de las pruebas estadísticas pertinentes señala que no hay
asociación entre el grado de incapacidad y el grado de instrucción para la
muestra.
Otro dato importante para definir la caracterización
socio-económica de los sujetos era determinar su situación laboral, tanto
al inicio de la enfermedad como actualmente, ya que ello permitiría
aproximarse a una de las dimensiones sociales de mayor capacidad
predictiva, en términos de la estereotipización y el estigma asociados a
la lepra y generadores de los temores que los posibles empleadores le
tiene a la enfermedad (OMS, 1988). La información obtenida indica que la
mayoría, 57,5%, se encontraba trabajando al detectarse la enfermedad. Y,
aunque el porcentaje de desocupados pasó de ser del 10,0%, al inicio de la
afección, al 12,5% al momento de recabarse la información, ello puede
deberse más a la situación de crisis económica por la cual atraviesa el
país, que a su condición de enfermos. No obstante, también podría decirse
que el 7,5% que aduce como razón de su situación de desempleo actual, el
estar incapacitado, apunta a reforzar la idea de que el leproso, por su
condición de "desacreditado" (Goffman, 1970), es más susceptible de ser
objeto de los efectos negativos propios de una economía en recesión. Esto
último podría ser complementado con los resultados obtenidos en el cálculo
del Coeficiente de Contingencia (0,499; 0,469 y 0,441; Tablas 2, 3 y 4,
respectivamente), que indican la existencia de una cierta asociación entre
el grado de incapacidad y la situación laboral, antes y después de ser
detectada la enfermedad, y la razón para estar desempleado.
Datos
familiares
Conocer las características del grupo familiar
al cual pertenece el paciente de lepra resulta prioritario, dado el papel
que ello juega en su vida social y la importancia de la familia en
cualquier programa de rehabilitación (Gershon & Srinivasan, 1992).
En
este sentido, es interesante destacar que un número considerable de los
leprosos de la muestra (50%) tiene a su madre viva, lo cual, en una
sociedad profundamente matriarcal, debe ser tomado en cuenta, en tanto la
madre se constituye en el punto de referencia familiar.
Sin
embargo, al precisar por grados de incapacidad, esta tendencia se mantiene
en los grados 0 y 1, pero difiere totalmente en el grupo de pacientes
grado 2, toda vez que este es el grupo en el cual la mayor proporción se
encuentra en las edades superiores a los 50 años. El cálculo de los
estadísticos señala que no hay asociación entre estas dos variables.
La
mayoría de los enfermos de la muestra (95%) tiene hermanos e hijos (70%),
lo cual podría indicar la existencia de vínculos de consanguinidad que se
ven reforzados en la medida en que se destaca que el 52,5% de los
encuestados son jefes de familia y el 27,5% son familiares directos del
jefe de familia, ya sea en calidad de cónyuge o de hijo; en otras
palabras, el enfermo pertenece a un núcleo familiar establecido, compuesto
mayoritariamente por 4 a 6 personas (47,5%) o 7 a 9 personas (20%).
Esta
tendencia se mantiene al comparar los tres grados de incapacidad; sin
embargo, en el caso de la prueba de asociación entre las variables grado
de incapacidad y la existencia de hermanos, el estadístico Gamma
Condicional señala una asociación negativa (-1; Tabla 5). En términos de
la situación del enfermo con relación al jefe del hogar, en los grados 1 y
2, es menor el porcentaje de los que manifiestan ser cónyuges o hijos.
Aquí conviene destacar la importancia de esta información para el
desarrollo de políticas de prevención, pero, sobre todo, de tratamiento y
rehabilitación, ya que está claro que, al tratarse de ser el enfermo el
jefe del hogar, la presencia de la lepra y sus secuelas incapacitantes
será más grave para el normal desenvolvimiento de la vida familiar. Esta
observación se ve reforzada por el hecho de que el Coeficiente de
Contingencia sugiere una leve asociación entre ambas variables (Tabla
6).
En este orden de ideas, la información sobre el
ingreso familiar indica que 40% de los enfermos de la muestra perciben un
ingreso de este tipo, por el orden de los Bolívares (Bs.) 20.000,00 o más,
lo cual, si bien no es suficiente para garantizar una condición de vida
medianamente holgada, tampoco define una situación de pobreza extrema.
Ello podría - entre otros elementos no considerados aquí - sugerir que los
enfermos de lepra pertenecen a la clase social media baja. Al respecto
conviene señalar que en el grado de incapacidad 2, encontramos los
enfermos concentrados (66,6%) entre quienes tienen un ingreso que va desde
menos de Bs. 8.999,00 hasta Bs. 14.999,00, mientras que, en los grupos
conformados por los enfermos cuyo grado de incapacidad es 1 y 0, el mayor
porcentaje de ellos señala como ingreso familiar, la cantidad de Bs.
20.000,00 a 24.999,00 (grado 1: 50%; grado 0: 32%). Este dato es relevante
porque, dada la precariedad del ingreso en una economía inflacionaria, se
puede concluir que los enfermos con mayor grado de incapacidad añaden a
ésto una situación económica que supone condiciones de pobreza, lo cual,
además, ratifica lo que parece ser una tendencia - todavía no
suficientemente demostrada - de que existe una estrecha relación entre
niveles socio-económicos de la población y lepra. En este sentido, el
cálculo de los estadísticos sugiere que hay definida una posible relación
(Coeficiente de Contingencia: 0,48; Tabla 7).
Datos sobre la
enfermedad
Según han reportado algunos expertos, se
sospecha que la lepra tiene la tendencia a agruparse y a asociarse a
factores genéticos que podrían tener "un importante papel en la
determinación de la susceptibilidad" (OMS, 1988: 21). Al respecto, aunque
75% de los pacientes encuestados manifestaron no tener antecedentes de
presencia de lepra en su familia, 25%, si, lo tienen, lo cual es más
relevante si se observa que la mayoría de los antecedentes familiares
incluye a padres, hermanos y tíos. Tal información podría corroborar la
tendencia - ya señalada - al agrupamiento o bien a la debilidad
inmunológica genéticamente transmitida, lo cual potencia las posibilidades
de contagio. Al respecto, no se detectaron diferencias importantes entre
los leprosos de acuerdo con su grado de incapacidad, aunque para ambos
casos (Gamma Condicional= 0,409, para los que tienen antecedentes (Tabla
8); Coeficiente de Contingencia= 0,491 para el parentesco con el
antecedente (Tabla 9)) sugieren la definición de una posible relación de
estas variables con el grado de incapacidad.
Finalmente, la
caracterización de acuerdo con la forma clínica de la enfermedad revela
una concentración en Lepromatosa (35%), Borderline Lepromatosa (30%),
Borderline Borderline (12,5%); el resto presenta Borderline Tuberculoide
(5%), Indeterminada (7,5%) y un 10% del cual no se pudo obtener
información al respecto. Con relación al grado de incapacidad, el 62,5%
pertenecen al grado 0, el 15% al grado 1 y 22,5% al grado 2.
Conclusiones
finales
Las características propias de los grupos de individuos
concretos, ubicados en un espacio y un tiempo históricamente determinados,
son el substrato sobre el cual se constituyen los elementos subjetivos
asociados a la lepra, de allí que sea prioritario conocer de manera
sistemática quiénes son los leprosos.
De acuerdo con lo
anterior se puede concluir que, si los enfermos bajo tratamiento en la
Unidad de Dermatología Sanitaria de Maracaibo mantienen las
características de esta muestra, entonces constituyen un grupo conformado
mayoritariamente por hombres, en plena edad productiva, trabajadores y con
relativo nivel educativo.
Con relación a la enfermedad, se
trata de pacientes cuyo promedio de permanencia en el tratamiento es
bastante largo (6,8 años), aunque la mayoría de ellos no tiene ninguna
incapacidad. Ello puede deberse a condiciones propias del Servicio, que
podrían ser evaluadas en futuras investigaciones.
En síntesis,
se trata de una población potencialmente susceptible de ser objeto de
programas educativos que atiendan no sólo al propio paciente, sino a su
familia y a la comunidad.
Puede decirse, además, que los datos
obtenidos pudieran confirmar la sospecha, no confirmada, de la asociación
entre las condiciones socio-económicas y la predisposición a la
enfermedad, de allí que el mejoramiento de estas condiciones pareciera ser
uno de los factores a tomar en cuenta con relación al control y a la
eliminación de la lepra.
Referencias
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CHAGASTELLES-SABROZA, P.; CASTRO, A. & MOTTA, C., 1990. Leprosy spread
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1991. Censo de Población y Vivienda. Caracas. OCEI.
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Guadalajara, Jal., a 17 de Enero de 2006
“Jalisco ha eliminado la
lepra como problema de Salud Pública, pero los esfuerzos para su control
serán continuados”
En Jalisco la Lepra es una enfermedad que
constituye un problema relativo de Salud Pública por su frecuencia y
distribución irregular, pero fundamentalmente por las deformidades que
puede producir si los pacientes no son atendidos en su fase temprana.
En
25 países vive el 92% de todos los enfermos de lepra, en Asia, África y el
Lejano Oriente (India principalmente), y en América en Brasil, Venezuela y
México.
Nuestro país en 1994 logró reducir la tasa de prevalencia a
menos de un caso por 10 mil habitantes.
En Jalisco
durante los últimos 15 años, se ha reduido la tasa de prevalencia de la
Lepra de 6.2 a 0.08 por 10 mil habitnates. Durante este periodo se ha
consolidado dicha eliminación, al reducir de 72 municipios con tasas
mayores en 1990, a 7 al finalizar 2005.
Los municipios
son los siguientes: Valle de Guadalupe, Atengo, Unión de Tula, Tomatlán,
Antonio Escobedo, San Marcos y Chapala.
La lepra se
manifiesta principalmente en la piel, con lesiones únicas o múltiples,
siempre asociadas a trastornos neurológicos como lo son inflamación de los
nervios periféricos, con disminución de la sensibilidad, debilidad y
parálisis muscular, entre otros. Los sitios más comunes son, la espalda y
parte externa de las extremidades; en la cara afecta orejas, cejas y
pómulos.
En 1990 se tenían registrados 3,177 casos, es
decir 6.2 por 10 mil habitantes; en 1994 el censo nominal contaba con 519
casos, 0.9 por 10 mil hab. Para el año 2001 el listado nominal de
pacientes se encontró con 165, 0.28 por 10 mil hab. 2002 cerró con 151
casos, con tasa de 0.20 por 10 mil hab. En 2003 con 116 con tasa de 0.15
por 10 mil habitantes, en 2004 con 54 casos con tasa de 0.09 por 10 mil
hab. En 2005 cerramos con 60 casos con tasa de 0.08 por 10 mil hab.
En
2004 se realizaron estudios clínico epidemiológicos a 3,610 personas en
donde se encontraron 42 casos nuevos. En 2005 se realizaron estudios
clínico epidemiológicos a 4,103 personas en donde se encontraron 29 casos
nuevos.
Este 2006 representa la mejor oportunidad para
consolidar la verdadera eliminación de la Lepra cimentando las bases para
llegar al 2008 sin municipios con tasas mayores a 1 por 10 mil habitantes.
Todo lo anterior mediante la intensificación de la búsqueda de casos
principalmente entre los contactos de los enfermos y replanteando algunas
estrategias exitosas que han servido para llegar hasta donde estamos hoy,
por lo cual en el sector salud, nos hemos trazado los siguientes
desafíos:
Integrar una nueva cruzada de búsqueda activa
de casos en los municipios que han permanecido por más de 5 años sin
casos;
Continuar con el ingreso a tratamiento al total de los casos
nuevos hasta su curación;
Reducir hasta eliminar el estigma que se
tiene por los enfermos de lepra entre los jaliscienses;
Continuar con
el suministro regular de insumos para el diagnósticos y tratamiento de los
enfermos;
Estudiar anualmente al 100% de los contactos y convivientes
de los enfermos registrados;
Integrar y ejecutar un programa de
capacitación, supervisión y evaluación acorde a las necesidades de cada
Región Sanitaria en el Estado.
Los logros hasta el momento han
sido satisfactorios pero estamos concientes de que el problema no está
resuelto, es necesario mantener la búsqueda intensificada y sistémica de
casos con énfasis en los municipios de alto riesgo.
La imagen de la
Lepra ha cambiado pero el estigma continúa.
Cabe
mencionar que por iniciativa del filántropo francés Raoul Follereau, hace
51 años se intituyó el Día Mundial de la Lepra el 31 de enero de 1954,
quedando posteriormente el último domingo de enero.
“La
lepra es curable, ayudemos a quien la padece”.
FICHA DEL
ARTÍCULO
FUENTE: Comunicación Social De Ciudad Guzmán
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Aashni Bhukhan, Charles Dunn Comentarios al autor y Rajiv Nathoo
Afiliación del autor: Kansas City University–Consorcio de Educación Médica de Posgrado/Dermatología Avanzada y Cirugía Cosmética, Orlando, Florida, EE. UU.
Citar este artículo
Abstracto
Florida, EE.UU., ha sido testigo de una mayor incidencia de casos de lepra que carecen de factores de riesgo tradicionales. Esas tendencias, además de disminuir los diagnósticos en personas nacidas en el extranjero, contribuyen a aumentar la evidencia de que la lepra se ha vuelto endémica en el sureste de Estados Unidos. Se debe considerar viajar a Florida al realizar el rastreo de contactos con lepra en cualquier estado.
La lepra, o enfermedad de Hansen, es una enfermedad infecciosa crónica causada por el bacilo acidorresistente Mycobacterium leprae. La lepra afecta principalmente la piel y el sistema nervioso periférico, y el curso de la enfermedad depende en gran medida de la susceptibilidad individual a M. leprae ( 1 ). Históricamente, la lepra ha sido poco común en los Estados Unidos; La incidencia alcanzó su punto máximo alrededor de 1983, y desde la década de 1980 hasta el año 2000 se produjo una reducción drástica en el número anual de casos documentados ( 2 ). Sin embargo, desde entonces, los informes demuestran un aumento gradual en la incidencia de la lepra en los Estados Unidos. El número de casos reportados se ha más que duplicado en los estados del sureste durante la última década ( 2). Según el Programa Nacional de la Enfermedad de Hansen, en 2020 se notificaron 159 casos nuevos en Estados Unidos; Florida estuvo entre los estados con mayores informes ( 2 ).
Florida central, en particular, representó el 81% de los casos reportados en Florida y casi una quinta parte de los casos reportados a nivel nacional ( 3 ). Mientras que la lepra en los Estados Unidos afectaba anteriormente a personas que habían inmigrado de áreas endémicas de lepra, ≈34% de los nuevos casos de pacientes durante 2015-2020 parecían haber adquirido la enfermedad localmente (4 ) . Varios casos en el centro de Florida no demuestran evidencia clara de exposición zoonótica o factores de riesgo tradicionalmente conocidos. Reportamos un caso de lepra lepromatosa en el centro de Florida en un hombre sin factores de riesgo para rutas de transmisión conocidas. También revisamos la creciente evidencia epidemiológica que respalda la lepra como un proceso endémico en el sureste de los Estados Unidos.
Lepra lepromatosa en un hombre de 54 años en el centro de Florida, EE. UU., 2022. A, B) Facies leonina con pápulas cerosas de color amarillo. C) Máculas violáceas que no palidecen y que se fusionan en parches a lo largo del dorso de los pies de forma bilateral. D, E) Pápulas eritematosas que se fusionan en placas a lo largo de las zonas extensoras de las extremidades superiores e inferiores de forma bilateral. Las placas demostraron notablemente un grado moderado de disestesia.
Figura . Lepra lepromatosa en un hombre de 54 años en el centro de Florida, EE. UU., 2022. A, B) Facies leonina con pápulas cerosas de color amarillo. C) Máculas violáceas que no palidecen y que se fusionan en parches a lo largo del dorso de los pies...
Un hombre de 54 años acudió a una consulta de dermatología por una erupción eritematosa progresiva y dolorosa ( Figura). Las lesiones comenzaron en las extremidades extensoras distales y progresaron hasta afectar el tronco y la cara. Negó cualquier viaje nacional o extranjero, exposición a armadillos, contacto prolongado con inmigrantes de países endémicos de lepra o conexiones con alguien que se sabe que tiene lepra. Ha residido en el centro de Florida toda su vida, trabaja en paisajismo y pasa largos períodos de tiempo al aire libre. Las biopsias de múltiples sitios demostraron un infiltrado dérmico difuso compuesto de agregados desorganizados de histiocitos y linfocitos espumosos. Las tinciones de Fite revelaron bacilos acidorresistentes dentro de los histiocitos y ramitas nerviosas cutáneas, un hallazgo patognomónico de lepra. Fue remitido a un especialista en enfermedades infecciosas quien, bajo la dirección del Programa Nacional de Enfermedad de Hansen, le recetó triple terapia con dapsona, rifampicina y clofazimina.
La transmisión de la lepra no se ha dilucidado completamente. El contacto prolongado de persona a persona a través de gotitas respiratorias es la ruta de transmisión más reconocida ( 1 ). Se encontró que un alto porcentaje de casos de lepra no relacionados en el sur de los Estados Unidos portaban la misma cepa única de M. leprae que los armadillos de nueve bandas de la región, lo que sugiere una gran probabilidad de transmisión zoonótica ( 4 ). Una revisión sistemática reciente que analiza estudios realizados entre 1945 y 2019 respalda un papel cada vez mayor de la transmisión antroponótica y zoonótica de la lepra ( 5). Sin embargo, Rendini et al. demostró que muchos casos notificados en el este de los Estados Unidos, incluidos Georgia y el centro de Florida, carecían de exposición zoonótica o residencia reciente fuera de los Estados Unidos ( 6 ).
Teniendo en cuenta esos informes, existe cierto apoyo a la teoría de que la migración internacional de personas con lepra es una fuente potencial de transmisión autóctona. Los informes de España vincularon un aumento de la migración desde otros países con un aumento de la lepra autóctona ( 7 ). El número de migrantes internacionales en América del Norte aumentó de 27,6 millones de personas en 1990 a 58,7 millones en 2020 ( 8 ), por lo que un vínculo con la migración puede explicar el aumento de la incidencia de la lepra en áreas históricamente no endémicas. Además, informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades muestran que, aunque la incidencia de la lepra ha ido aumentando, las tasas de nuevos diagnósticos en personas nacidas fuera de los Estados Unidos han ido disminuyendo desde 2002 ( ApéndiceFigura) ( 9 ). Esta información sugiere que la lepra se ha convertido en un proceso patológico endémico en Florida, lo que justifica más investigaciones sobre otros métodos de transmisión autóctona.
La lepra es una afección declarable en el estado de Florida y se controla principalmente mediante vigilancia pasiva. Según el Departamento de Salud de Florida, los profesionales deben informar la lepra en Florida antes del siguiente día hábil ( 10 ). El rastreo de contactos es fundamental para identificar fuentes y reducir la transmisión. En nuestro caso, el rastreo de contactos fue realizado por el Programa Nacional de Enfermedad de Hansen y no reveló factores de riesgo asociados, incluidos viajes, exposición zoonótica, asociación ocupacional o contactos personales. La ausencia de factores de riesgo tradicionales en muchos casos recientes de lepra en Florida, junto con la alta proporción de residentes, como nuestro paciente, que pasan mucho tiempo al aire libre, respalda la investigación de los reservorios ambientales como una fuente potencial de transmisión.
En resumen, nuestro caso se suma al creciente cuerpo de literatura que sugiere que Florida central representa un lugar endémico para la lepra. Viajar a esta zona, incluso en ausencia de otros factores de riesgo, debería llevar a considerar la lepra en el contexto clínico apropiado. Al aumentar los esfuerzos de los médicos locales para informar la incidencia y apoyar más investigaciones para evaluar las rutas de transmisión, se puede hacer un esfuerzo congruente para identificar y reducir la propagación de la enfermedad.
El Dr. Bhukhan es un residente de próximo año de transición en la Universidad de Florida Central/HCA Osceola Hospital y al finalizar se unirá al programa de residencia en Dermatología de Educación Médica de Posgrado/Dermatología Avanzada y Cirugía Cosmética de la Universidad de Kansas City en Orlando. Sus principales intereses de investigación incluyen dermatología, enfermedades infecciosas y salud global.
Reconocimiento
El paciente descrito en el informe del caso revisó el texto y las fotografías del informe y dio su consentimiento por escrito para publicarlos. Una copia del formulario de consentimiento está archivada en poder de los autores. Este informe fue considerado exento de la aprobación de la Junta de Revisión Institucional por parte de la Universidad de Kansas City.
Referencias
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Producido Por Dr. Jose Lapenta R. Dermatologo
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